Aprendizajes

  Hasta ahora no he aprendido más que nadie, pero mi experiencia sí me ha permitido bajarme de la nube a veces delicadamente y otras de golpe y porrazo, ahora sé que lo bueno de los corazones rotos es que solo se rompen una vez, lo demás son solo rasguños, que volar consiste a veces en disfrutar del momento, nada de tocar el cielo y tener pájaros cantando en torno a ti.
Que a veces, aunque no lo veamos el paraíso no es un lugar sino una persona y aunque el dinero no dé la felicidad, puede darte cosas que hacen que estés más cerca de ella. Que hay personas que tienen fuego, mar y bosques en la mirada sin importar el color de los ojos, personas tan guapas por dentro que son capaces de hacer ateo a cualquier Dios, personas tan rotas que recompondrían con palabras toda Roma y personas tan lluvia capaces de calarnos hasta los huesos... Benditas sean las raras excepciones que nos llevaron a personas tan grandes que abarcarían ciudades y que vivan los te quieros susurrados que resuenan en la memoria más que cualquier grito al vacío. Todo lo vivido hasta ahora me ha hecho brindar por el arrepentimiento de no haber dicho más barbaridades y por la rabia de no decir del todo lo que piensas, por los que quieren verte bien pero nunca mejor que ellos, por el que se ríe del débil y por lo corto que es el amor y lo largo que resulta el olvido, por las sonrisas y también por los insultos, por todo lo que tengo y por lo que me falta... Me ha hecho dar gracias a Dios por regalarnos todo, a Mario Benedetti por consejos como el de ''sigue llenando este minuto de razones para respirar'' y a ti por leer esto, me ha hecho dar gracias incluso a las personas que más daño me hicieron, porque a veces quien perdona es más fuerte que el que pide perdón. Doy gracias por todo lo que me ha hecho llegar hasta aquí, por las personas que han pasado por mi vida como una felicidad temporal y por las que siguen conmigo a pesar de todo lo que ha llovido.
María Penella.