Sé feliz, no llores.

Hola, a quien esté leyendo esto:
Quiero dedicar cada letra, cada palabra de esta entrada a una persona que conocí hace poco, que me saca 7 años, pero que me ha demostrado siempre muchísimo. Sí, esta entrada quiero dedicarla a María, a María.A.M  (no quiero dar sus apellidos, por motivos de privacidad)
Ella, anoche, no tuvo muy buena noche, la verdad. No quiero contar la historia, solo diré que estoy contigo, pequeña, que no pasa nada, que puedes con esto y con todo, que seguro que a ti te quedarán esos malos recuerdos, esas caras feas delante de la tuya. Lo sé, lo entiendo. Pero, pequeña, no olvides que ellos tendrán siempre remordimientos, que ellos querrían ser como tú, darían lo imposible por asemejarse a tu forma de ser, porque estoy segura de que hoy, ahora, piensan en pedirte perdón, estoy más que segura de que ellos, están arrepentidos, que quizás si vuelves a verlos, te miran con cara de superioridad, pero recuerda que se arrepienten, que te miran así para hacerse creer a sí mismos que son mejores que tú. Incrédulos  Se equivocan.
Piensa en sus familias. ¿Como lo estarán pasando? Imagina lo que sus propios padres pensaran de ellos. Lástima, ¿verdad? Pobres, de verdad.Me dan pena. Ellos se habrán quedado a gusto, pero tienen el mal recuerdo, el remordimiento para siempre, nada ni nadie podrá perdonarlos si ellos no se perdonan antes a sí mismos y ¿Sabes qué? Que no creo, sinceramente que lleguen nunca a poder perdonarse. Y es que podría quedarme horas y horas escribiendo sobre esos imbéciles, pero ¿Sabes qué? no se merecen ni un minuto de este segundo que acaba de pasar.Porque vales mucho, lo sabes y ellos ya han caído tan bajo que no sabe ni cuanto valen ni quienes son. Piénsalo.

María.